La Gran Área Metropolitana (GAM) aglomera el 42% de la población costarricense, distribuida en 164 distritos de 31 cantones. Sin duda, se trata del área urbana más extensa de Costa Rica, centro de la infraestructura y el gobierno nacional. Sin embargo, al pensar en sus principales características, el urbanismo no suele estar entre los conceptos más destacados, con todo lo que ello conlleva.
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Esta falta de planificación contribuye e intensifica las consecuencias del cambio climático, corresponsable de las islas de calor y que se traduce en problemas como la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), la reducción de zonas verdes o la contaminación del aire, de los ríos o del suelo.
Para contextualizar la magnitud del problema, el año pasado se registró que la temperatura promedio del GAM alcanzó los 43°C debido a la infraestructura gris, siendo San José, Flores, Belén, Heredia y Tibás los cantones más calurosos. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), junto al Grupo de Liderazgo Climático C40, alertó sobre la creciente tendencia de olas de calor en las ciudades, calificadas como “los asesinos silenciosos del cambio climático”.
Asimismo, la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) determinó que las áreas verdes urbanas juegan un papel fundamental en el desarrollo de microbios encargados de mantener funciones ecosistémicas, como la filtración de contaminantes o el tratamiento del dióxido de carbono. De esta manera, los parques, jardines e incluso las aceras resultan invaluables por sus aportes como áreas de recreación, reguladores de temperatura e inhibidores de la contaminación.
Con todo esto en mente, Costa Rica como país presenta mayores dificultades por el caos en la planificación urbana o un sector transporte que generó el 42% de las emisiones nacionales en 2017, con San José, Alajuela, Heredia y Cartago liderando ese ranking.
“Costa Rica, durante 40 años, hizo una inversión en crear institucionalidad y política ambiental, pero siempre enfocada en el área rural. El 70% de los costarricenses vive en el GAM o en capitales de provincia, donde no hay institucionalidad ambiental y, en un espacio urbano mal planificado, los ciudadanos se ven fuertemente amenazados. Una ciudad que no obedezca a una proyección de crecimiento, basada en estudios de planificación urbana, será más vulnerable a los impactos del cambio climático”, afirmó Carlos Manuel Rodríguez, director ejecutivo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).
A raíz de esto, el GAM —así como algunas capitales de provincia— trabajan en la reverdecimiento y recuperación del paisaje urbano con tres proyectos para la salud y el desarrollo del país.
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Proyecto entrelazado
El proyecto Interlace: Recuperando ecosistemas urbanos está financiado por la Unión Europea y promovido por la Unión de Gobiernos Locales (UNGL) con el objetivo de capacitar y equipar a las ciudades para restaurar y rehabilitar sus ecosistemas urbanos.
El enfoque se basa en la conexión “naturaleza-lugares-gente”, que promueve la creación de áreas verdes y la recuperación de ecosistemas degradados que permitan ese “entrelazo” entre las personas y el entorno natural, todo ello con miras a agosto de 2024, fecha en la que finalizará la iniciativa.
El proyecto Interlace involucra a seis ciudades europeas y latinoamericanas, entre ellas el Corredor Biológico Interurbano María Aguilar (CBIMA), que representa el 2% del GAM con el 29% del área verde y comprende los cantones de Alajuelita, Curridabat, La Unión, Montes de Oca y San José.
“Es una experiencia muy enriquecedora para todos y a la vez un desafío porque, si bien es cierto que hay puntos comunes en temas ambientales entre las ciudades latinoamericanas y europeas, las ciudades también tienen modelos de gobernanza diferentes, así como recursos y prioridades que nos permiten aprender unos de otros y que hacen que los productos Interlace sean personificados para cada ciudad”, comentó Marcela Gutiérrez, coordinadora del proyecto y académica del Centro de Estudios Generales de la Universidad Nacional (UNA).
La iniciativa reconoce también el impacto en la salud mental de las personas, especialmente en la limitación de espacios para la actividad física y la interacción social. Por ello, durante el evento latinoamericano “Ciudades por la Naturaleza”, ocho municipios costarricenses (San José, Goicoechea, Alajuelita, La Unión, Oreamuno, Moravia, Desamparados y San Rafael de Heredia) firmaron la carta de compromiso “Ciudades sostenibles y habitables para entornos urbanos: impulsando la restauración de ecosistemas urbanos”, orientada a estos objetivos de ciudades más habitables, resilientes e inclusivas.
“Estudios realizados en el CBIMA indican que las altas temperaturas en las escuelas públicas del GAM son un factor de injusticia verde. Los niños que aprenden en estas condiciones tienen comprometidas sus funciones cognitivas, lo que condiciona el proceso de enseñanza y aprendizaje. Patios verdes, huertos, jardines, bosques urbanos, aceras y bulevares arbolados o techos y muros verdes son solo algunos instrumentos”, agregó Gutiérrez al ser consultado sobre el aumento de las temperaturas.
Proyecto Tevu
Anunciado en marzo de este año, el proyecto Transición hacia una Economía Verde Urbana y Generación de Beneficios Ambientales Globales (TEVU) promueve la planificación urbana enfocada en la adaptación al cambio climático. Es financiado por el GEF, liderado por el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ejecutado por la Organización de Estudios Tropicales (OET).
El proyecto agrupa a 20 cantones que recibirán inversiones directas y cuenta con una mesa de proyecto con representación del Ministerio de Finanzas, el Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (MIVAH), el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU), el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y otras organizaciones de la sociedad civil.
“El modelo económico actual no reconoce límites planetarios y no refleja todas las externalidades negativas. Un ejemplo es el Producto Interno Bruto (PIB), que mide el valor y el crecimiento de la economía sin reflejar que contaminamos ríos, deforestamos bosques, llenamos el mar de plástico, etc. También es un modelo lineal: tomas un recurso, lo procesas y obtienes un producto con muchos residuos. Debemos avanzar hacia un sistema donde todo se optimice, se recicle y se reutilice. No es una utopía, sino un esfuerzo al que apuntan los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas”, añadió Rodríguez.
Para esta tarea, existen otros tres apartados fundamentales dentro del TEVU: mejorar el paisaje urbano a través de la ecologización, promover la economía circular en las empresas y reducir las emisiones de GEI en las ciudades. Para esto último, la idea del tren eléctrico se considera el “principal catalizador para un mejor transporte público, una movilidad más eficiente y una reducción significativa de las emisiones”.
“El Gobierno no ha enterrado ningún plan de tren eléctrico que ayude a los objetivos de descarbonización”, explicó Rodríguez. “Vienen con un nuevo proyecto que se irá ajustando, pues hay un entendimiento entre los costarricenses de que depender de combustibles fósiles del exterior genera un gran impacto económico y que, si tenemos una matriz eléctrica totalmente renovable, lo lógico es avanzar hacia un sistema de transporte más eficiente”, concluyó.
The 20 participating cantons of the GAM are: Alajuela, Alajuelita, Barva, Belén, Cartago, Curridabat, Desamparados, Flores, Goicoechea, Heredia, La Unión, Montes de Oca, Oreamuno, Paraíso, San José, San Pablo, San Rafael, Santa Barbara, Santo Domingo and Tibas.
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San José: la ciudad y el paisaje
El Centro Cultural de España en Costa Rica (CCECR), con una apuesta cultural y artística por el medio ambiente, quiere que la capital esté a la altura de la imagen del país como líder contra el cambio climático y se convierta en la primera ciudad verde de América Latina. Este concepto estaría dirigido por los críticos y comisarios españoles Ricardo Ramón Jarne y Blanca de la Torre.
El proceso consta de tres ejes y la idea a largo plazo es cumplir con el Programa País de Carbono Neutralidad de Costa Rica, así como crear una Marca País donde San José sea reconocido por su comunión con la naturaleza.
Jarne, también director del CCECR, afirmó que: “las zonas verdes son los pulmones de la ciudad. El 80% del verde de San José son jardines privados, muchos de casas antiguas sujetas a protección patrimonial. Si la Ley de Patrimonio no mejora, esas casas que son la historia de la ciudad desaparecerán y, con ellas, sus jardines. El centro de la ciudad, que debería ser su referente histórico y artístico, se está convirtiendo en un enorme aparcamiento”.
También, como ocurre con otros proyectos, el sector del transporte es de especial interés para esta iniciativa. “Toda la ciudad está hecha a medida del coche y no del ciudadano. Vivimos en cárceles, el coche es una cárcel móvil que vive continuamente en las presas y luego llegamos a nuestras casas llenas de rejas que se convierten en la cárcel estable. ¿Es esta la vida que queremos?”, se pregunta Jarne.
Finalmente, como medida para promover la arquitectura verde, el CCECR regalará dos boletos aéreos San José – Madrid – San José a quien tenga la mejor reja verde de la ciudad, esto como parte del primer eje del proyecto en donde se pretende ocultar las rejas con especies trepadoras o enredaderas que mejoren la imagen exterior de la ciudad y brinden seguridad con respecto a la contaminación.
Restauración urbana
De esta manera, Costa Rica cuenta actualmente con varios proyectos orientados a la restauración urbana, el reverdecimiento de las ciudades y, sobre todo, la mitigación y adaptación al cambio climático.
A estos proyectos se suman otros similares, como la iniciativa Ciudad Verde —lanzada por el MINAE hace poco más de dos meses— que pone a disposición de la ciudadanía tres herramientas digitales para orientar los esfuerzos individuales y así aprovechar al máximo los servicios ecosistémicos que brinda la naturaleza.
En última instancia, los ecosistemas, la biodiversidad y los seres humanos deben adaptarse cada vez más a un planeta sometido al cambio climático.
“Costa Rica no debe dar pasos atrás en estos temas porque podría perder liderazgo mundial y ahí perdería mucho prestigio internacional. Se espera que este país lidere y genere nuevas propuestas para combatir el cambio climático desde todos los ámbitos en estos tiempos catastróficos que vivimos”, afirmó Jarne.
De: https://www.ucr.ac.cr/noticias/2020/11/10/fauna-silvestre-en-cautiverio-un-mal-innecesario.html